Hoy

Hoy me detuve a mirar el cielo, sin tu ayuda no hubiera podido, lo vi abierto lleno de nubes que jugaban a dibujar formas y me descubrí niña, panza arriba en el pasto, inventando figuras en el cielo, miré hacia atrás el camino transitado, lleno de buenos momentos pero también de heridas desgarradoras que en un momento desearon atentar contra mis ganas de vivir.

Ellas dejaron una cicatriz que al tocarla, al poder recorrerla con mis manos me habla me cuenta su secreto, el secreto mas sagrado que mis oídos esperaban escuchar, “que hay en mi un deseo esperanzado de vivir con entusiasmo”.

Dejo atrás los malos sentimientos, la envidia calcitrante, los amargos recuerdos, las pesadillas dan paso, se hacen a un costado y puedo permitirme, me doy permiso yo misma a disfrutar del poder dar y recibir caricias apasionadas, a dejar fluir el deseo de amarnos sin vergüenzas, a aventurarme a la magia de un beso dulce, de una mirada alentadora, de poder hablar entregando confianza, en definitiva entregando mi verdad.

Y mi casa se vuelve cálida, porque de alguna manera vos estás en ella, el amanecer es esperanzador, siento que me permite soñar con libertad.

La distancia se vuelve inexistente, vivencio una entrega plena y me animo a volar, tomados de la mano. Tus manos, tus manos me dan seguridad, tus manos me sostienen, me hablan sin palabras.

Juntos vislumbramos un horizonte claro, en esta noche hermosa que clama deseos de seguir unidos en esta relación sencilla, sincera, y libre de distacias.

Para vos, junto a vos, selecto fruto del pasar por esta vida…