Vidas e Historias

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domingo, 31 de enero de 2010

Psicodélico



Dsiculpen si se marean, pero me encantó la forma de presentar stos trabajos, me recuerda los caleidoscopios de mi niñez

viernes, 29 de enero de 2010

MI cuerpo, mi vestido


Siento mi cuerpo desgarrarse como un vestido viejo
caen hilachas de vida y sufrimientos
cada hilo que se suelta es una daga
que se empecina en destruir mi carne

Mis venas son la trama de mi vestido nuevo
venas en cuya sangre corren ríos de tormentos
misericordia al cielo pido ante tanto dolor
¿quién sabe si es la vida un lago de terror?

Mis cabellos ya no sienten al viento acariciar
mis oídos que muertos de silencios están
cadaver de verdades, fermentos de mentiras
chantaje, hipocresía, desamor, tribulación de mis días.

Desconsuelos de voces que me aturden
desengaño, desencanto, burla , engaño,
migajas de una vida que se apaga
falsedad, disimulo, cuento, risa.

Aislamiento, abandono ¿que más tengo?
encierro de mi alma, en su destierro
abandono de sueños
abdicación de sentimientos.

Naufragué en mis mares
deserté de la vida
me hundí en mi propia sombra
renuncié a la alegría.

Presentación de distintos trabajos

Amando vivo


Tus manos me recorren
me siento viva
mi piel bate al espacio
su alma herida.
Tu boca que apasiona
recorre llanos,
montaños ríos lagos
junto a tus manos.
Y el sexo a la deriva
emprende el vuelo
dejando atrás los cuerpos
se eleva al cielo
Son cuerpos fusionados
de manantiales
de olores a estar vivos
de voces que prometen
de gemidos que aguardan
a ser oídos.
Cada vez que un encuentro
es recorrido
me tomo yo a tu vida
y amando vivo

jueves, 28 de enero de 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

Alma mía



Mi alma a veces calla
aún sin palabras
llega a los elegidos
que la recatan.
Habla voces del alma
idioma propio
nacido de mi historia
de sueños rotos.
No tiene diccionario
ni ortografía
solo tiene la impronta
del alma mía.

Autor: valeria

mis fotos con frases


No tiene el mundo flor en tierra alguna, ni el mar en ninguna bahía perla tal, como un niño en el regazo de su madre.

domingo, 24 de enero de 2010

Ese no sé, ese cuando, ese nunca




Ese llegar un día a encontrarnos
ese temor al tiempo, al devenir,
esas ansias de revancha con la vida
ese alma que grita por salir
Ese no sé, ese cuando, ese nunca,
ese pasado que no me deja ir,
esa culpa que aprisiona con sus garras
ese futuro que juega a no venir.
Ese tiempo que aúlla que no hay tiempo
esas horas que escapan del reloj
esa venganza que espera ejecutarse
esos momentos en que dudo de Dios.
Ese amor a la vuelta de la esquina
ese amor que tiene hambre de dos
ese amor que agoniza entre algodones
y con un hilo de voz, nos dice NO

Oda a la Crítica


Yo escribí cinco versos:
uno verde,
otro era un pan redondo,
el tercero una casa levantándose,
el cuarto era un anillo,
el quinto verso era
corto como un relámpago
y al escribirlo
me dejó en la razón su quemadura.

Y bien, los hombres,
las mujeres,
vinieron y tomaron
la sencilla materia,
brizna, viento, fulgor, barro, madera
y con tan poca cosa
construyeron paredes, pisos, sueños.
En una línea de mi poesía
secaron ropa al viento.
Comieron
mis palabras,
las guardaron
junto a la cabecera,
vivieron con un verso,
con la luz que salió de mi costado.
Entonces
llegó un crítico mudo
y otro lleno de lenguas,
y otros, otros llegaron
ciegos o llenos de ojos,
elegantes algunos
como claveles con zapatos rojos,
otros estrictamente
vestidos de cadáveres,
algunos partidarios
del rey y su elevada monarquía,
otros se habían
enredado en la frente
de Marx y pataleaban en su barba,
otros eran ingleses,
y entre todos
se lanzaron
con dientes y cuchillos,
con diccionarios y otras armas negras,
con citas respetables,
se lanzaron
a disputar mi pobre poesía
a las sencillas gentes
que la amaban:
y la hicieron embudos,
la enrollaron,
la sujetaron con cien alfileres,
la cubrieron con polvo de esqueleto,
la llenaron de tinta,
la escupieron con suave
benignidad de gatos,
la destinaron a envolver relojes,
la protegieron y la condenaron,
le arrimaron petróleo,
le dedicaron húmedos tratados,
la cocieron con leche,
le agregaron pequeñas piedrecitas,
fueron borrándole vocales,
fueron matándole
sílabas y suspiros,
la arrugaron e hicieron
un pequeño paquete
que destinaron cuidadosamente
a sus desvanes, a sus cementerios,
luego
se retiraron uno a uno
enfurecidos hasta la locura
porque no fue bastante
popular para ellos
o impregnados de dulce menosprecio
por mi ordinaria falta de tinieblas
se retiraron
todos
y entonces,
otra vez,
junto a mi poesía
volvieron a vivir
mujeres y hombres,
de nuevo hicieron fuego,
construyeron casas,
comieron pan,
se repartieron la luz
y en el amor unieron
relámpago y anillo.
Y ahora,
perdonadme, señores,
que interrumpa este cuento
que les estoy contando
y me vaya a vivir
para siempre
con la gente sencilla.

PABLO NERUDA

sábado, 23 de enero de 2010


Ya no juego e tu tablero
he roto nustras barajas
solo diré que te quiero
si es a punta de navajas!!!

Joaquín sabina

No se vuelve


No se vuelve

No se vuelve del maltrato
ni de palabras que matan
no se vuelve de la envidia
ni del insulto barato

No se vuelve de la traición
tampoco de la mentira
de la falta de respeto
de la palabra incumplida

No se vuelve del desagravio
del menosprecio, la ira
del tormento a cuerpo y alma
del golpe como salida

No se vuelve nunca más
una vez hecho, deshecho
queda nuestro corazón
por más que juremos
pegándonos en el pecho.


Avanza la humanidad
pero materia pendiente
nunca aprendió a respetar
y la base, es el respeto.

Autor: valeria

Amores


Amores que deslumbran
otros que ciegan
amores a escondidas
que nunca llegan.

Amores confundidos
lucha de cuerpos
amores insensatos
vida de infiernos

Amores de renuencia
de desencuentros
amores ilusorios
terreno incierto

Amores al desnudo
que baten ansias
amores racionales
que nunca alcanzan

Amores de una noche
de errantes almas
amores infinitos
que es paz descansan

Amores clandestinos
pasión de cuerpos
amores subyugantes
amores muertos

jueves, 21 de enero de 2010

Cerrojo


Cómo hacer cuando algo se termina,
para que los sentidos queden libres,
para que cada olor no de recuerdos,
para que los colores de destiñan.

Cómo hacer cuando se cierra el ciclo,
para que los reproches no aparezcan,
para que su protagonismo se deshaga,
dando lugar a recordar lo bueno.

Como hacer para que los inventarios,
no derramen lágrimas de tinta
para que no haya partido o competencia,
jugando a aprisionar conciencias limpias.

Cómo hacer para que al cerrar la cuenta,
haya más en el haber que en todo el debe,
que la memoria retenga lo agradable
y que a los malos tragos se los lleve,

Un torrente que desemboque a tiempo,
en la esquina dónde ya no volveremos,
y que el alma se aletargue en su descanso
de sentimientos ávidos y plenos

Cómo ponerle cerrojo a los recuerdos,
y arrojar la llave a los infiernos.

domingo, 17 de enero de 2010

Eduardo Galeano, un sabio






Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..

No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.

¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables!

¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez!

¡Los cubiertos de plástico conviven con los de acero inoxidable en el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!

¡Es más!
¡Se compraban para la vida de los que venían después!
La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.
Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.

¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?
¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?
¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?
¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?
Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.
El que tenga menos de 30 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!
¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!
Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon. La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en la Fiesta de San Juan.
Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban. De 'por ahí' vengo yo. Y no es que haya sido mejor.. Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el 'guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo', pasarse al 'compre y bote que ya se viene el modelo nuevo'.Hay que cambiar el auto cada 3 años como máximo, porque si no, eres un arruinado. Así el coche que tenés esté en buen estado . Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!! Pero por Dios.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para pone r en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!! Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero.. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo,pegatina en el cabello y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.

Eduardo Galeano

sábado, 2 de enero de 2010

tradiciones de fin de año

foto internet

Historias y Cábalas de Año Nuevo

¿Ropa interior al revés o amarilla? ¿Uvas, corvina o lentejas? Hay cábalas para todos los gustos y, aunque muchos digan que es una tontería, llegadas las 12, más de alguien salta con el pie derecho, aparece con maletas o se pone a subir y bajar escaleras como loco.
La tradición de Nochevieja y Año Nuevo es casi tan antigua como la humanidad, pero cambia de fechas y modo de celebrarla de acuerdo a los diferentes tiempos y culturas.
Lo que siempre se mantiene intacto es el espíritu de celebración de los hombres y la esperanza de que el próximo año será mejor.

Desde la antigüedad
La celebración del Año Nuevo es una de las más antiguas y universales de las festividades. Hace aproximadamente 4.000 años atrás, los babilonios fueron los primeros en convertir el Año Nuevo en un ciclo festivo que duraba 11 días y que se celebraba al comienzo de la primavera.
Los egipcios celebraban el fin del año con el comienzo de la crecida del río Nilo y la preparación de las tierras para la siembra, mientras que los romanos también hacían coincidir la celebración con la llegada de la primavera y lo festejaban el 25 de marzo.
Pero fue el emperador Julio César el que cambió la fecha al primero de enero, primer día del mes dedicado al Dios Jano. Esto fue confirmado en las adaptaciones que hizo el Papa Gregorio XIII, y es el calendario que rige en nuestros días.
La primera celebración del Año Nuevo en Chile ocurrió en 1671, cuando los Jesuítas levantaron una campana en lo alto de la Iglesia de la Compañía, que a la medianoche comenzó a anunciar el ciclo naciente.
En Santiago, celebrar el fin de año era una oportunidad para que, al igual que en la Navidad, las familias de diferentes clases sociales compartieran y lucieran los trajes adquiridos especialmente para la ocasión.
Uno de los puntos de reunión era la Alameda de las Delicias, lugar en el que se realizaban fondas que comenzaban en Navidad y duraban hasta enero. Estas ramadas ocupaban todo el sector de la Estación Central y por la noche se sentía un fuerte olor a pólvora por la gran cantidad de fuegos artificiales que se disparaban.
"Las doce" eran marcadas por el cañonazo en el Cerro Santa Lucía y por las campanas de las iglesias.

Algunas cábalas de año nuevo
La noche que nos traspasa al siguiente año está llena de cábalas y supersticiones que tienen que ver con buenos augurios para el año que comienza.
En Chile, la mayoría de las supersticiones que se llevan a la práctica la noche del 31 de diciembre fueron introducidas por los colonizadores españoles y se arraigaron con más fuerza en la ciudad que en los sectores rurales. Las cábalas que más se realizan son:
- La tradición de las 12 uvas: en el sitio que ocupa cada comensal se coloca previamente un pequeño frutero con 12 uvas y, de acuerdo con el ritual, se debe comer una uva por cada una de las 12 campanadas del reloj. Idealmente seis verdes y seis moradas. De esta forma, los anhelos y aspiraciones se hacen realidad... por lo menos eso dicen.
- Sentarse y volverse a parar con cada una de las doce campanadas: trae matrimonio.
- Recibir el año nuevo con dinero dentro de los zapatos: trae prosperidad económica.
- Para tener mucha ropa nueva: la noche del 31 debes usar la ropa interior al revés.
- Poner un anillo de oro en la copa de champaña con la que se hará el brindis: te asegurarás que no falte el dinero (ojo con tragártelo).
- Cocinar una corvina sin quitarle las escamas: para asegurarse un buen pasar económico (quien la coma tendrá tanta plata como escamas haya comido).
- Encender velas de colores: las azules traen la paz; las amarillas, abundancia; las rojas, pasión; las verdes, salud; las blancas, claridad, y las naranjas, inteligencia.
- Repetir en voz alta o mentalmente la frase "Voy a ser feliz este año" junto a los doce campanadas.
- Si se sale a la calle, tratar que la primera persona que se vea sea joven, ya que mientras menor sea, mayor será la felicidad.
- Sacar las maletas a la puerta de la casa para tener muchos viajes el año que comienza. Mejor aún es dar la vuelta a la manzana arrastrando las maletas.
- Usar ropa interior amarilla la noche de fin de año, para asegurar felicidad y buenos momentos. Mejor usarla por el revés y cambiarla al derecho despues de medianoche. Mucho mejor si los calzones son regalados.
- Comer una cucharada de lentejas (cocidas) dentro de los primeros minutos del nuevo año para tener prosperidad.
-Lavarse las manos con champaña y azúcar: para tener dinero. A las 12 de la noche, se meten las manos a una fuente con azúcar. Luego se lavan con champaña.
-Repartir espigas de trigo: símbolo de la abundancia. Lo ideal es repartirlas entre todos los asistentes (que todos tengan en las manos la medianoche) y también esparcirlas por la casa.
-Quemar al muñeco "viejo": para desprenderse de las cosas malas del año que termina. Es necesario hacer un muñeco con la ropa vieja. Si se quiere, se le puede poner en el bolsillo una lista con todas las cosas malas del año que quieren eliminarse. Se debe poner en un lugar sin riesgos de incendio. A medianoche se le prende fuego.
-Pulsera de rayos: Haz una pulsera para cada invitado con cintas color dorado, rojo, blanco, azul y rosa. Representa los rayos del amor, la fuerza, la prosperidad, la pureza. Deben ponérsela y no quitársela hasta que se rompa. Es un regalo muy delicado, así que obséquialo en un hermoso envoltorio o en una cajita.
-La vela dorada: Compra una vela de tonos dorado o amarillo fuerte para cada comensal, si tiene espiguitas mucho mejor. Después de las 12 cada uno debe encender su vela un segundo y apagarla para la prosperidad del año. Su efecto es muy largo. Luego, deben llevarla a sus casas y encenderla unos segundos todos los días.
-La cajita con el dólar: Este ritual se hace sobre todo para conservar el trabajo que ya se tiene y para la prosperidad del negocio. Se compran cajitas muy bellas para cada invitado y se le pone un dólar adentro, si es posible entre algodones. Después de las 12 se le reparte a cada uno de los asistentes.
-El niño y el anciano: Quien tenga más edad debe prender una vela flaquita 5 minutos antes de las 12 y decir: "Gracias Señor por este año. Que lo bueno se repita y lo malo no vuelva". Luego el más pequeño o sus padres deben prender una gordita y decir: "Gracias Señor por el año que comienza. Te pido felicidad para el Universo".
-Elefantitos blancos: Compra un elefantito blanco por cada invitado y colócale un billete de un dólar en la trompita. Regala uno a cada asistente, pero en el primer minuto del Año Nuevo, deben envolverlo en un papel dorado. Cada comensal debe llevarse su elefantito y guardarlo con el billete en un lugar muy visible de su casa.

La conocida astróloga Nena Borrero recomienda, como una costumbre sabia y sana, ocupar algunos momentos del último día del año que se va, limpiando y ordenando la casa, pues el estado del lugar en que vives reflejará el desarrollo de tu vida el año que comienza. "Entre más limpia, ordenada y radiante, mejor será tu vida", recomienda en su sitio web.
También propone encender velas blancas, rojas y verdes y dejarlas encendidas, en un lugar a prueba de incendios, hasta que se consuman por completo. Deben estar encendidas a la medianoche. Estas velas representan amor, armonía, salud y prosperidad para el año.
Básico, en todo caso, es tener fé en lo que estás haciendo. Y para terminar, sugiere rezar a medianoche, "por ti mismo, por tus seres queridos, por la humanidad, por el planeta y el universo entero, y que des las gracias por todos los dones que recibiste durante el año que se acaba".



viernes, 1 de enero de 2010

Con el tiempo...





Con el tiempo...
aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo...
te das cuenta que casarse solo porque ya me urge es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.

Con el tiempo...
comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo...
te das cuenta que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo...
te das cuenta que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo...
entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos, tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.

Con el tiempo...
aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo...
aprendes que disculpar, cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes.

Con el tiempo...
comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo...
te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día lloraras por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo...
te das cuenta que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo...
te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.

Con el tiempo...
aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo...
comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo...
te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo...
verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo...
aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo... ante una tumba... ya no tiene ningún sentido.

Pero desafortunadamente... sólo con el tiempo...

Jorge Luis Borges


Y como aún es tiempo, quiero enviar muchísimos saludos...
Para los que ya no estamos juntos, por todos los momentos buenos y malos que nos tocó vivir.
Y a todos con los que ahora estoy pasando momentos geniales, gracias por estar y por ser.

Y recuerda estas palabras:

El hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde.

Justo cuando ya no hay tiempo...